miércoles, 23 de junio de 2010

FIN DE SEMANA CATARO

Salimos a las 7 de mañana de Bilbao para llegar sobre las 12 a la puerta de nuestro hotel en Toulouse. Para esta escapada elegimos un hotel a las afueras, el premier class Toulouse Nord Sesquieres , todo correcto.

Tras comer y recuperarnos del viaje decidimos salir a pasar la tarde por las calles de Toulouse. Fuimos en coche hasta una de las estaciones “fin de linea” del metro, donde se han habilitado unos aparcamientos gratuitos (solo te piden un billete del metro) donde poder dejar el coche y visitar la ciudad en transporte público. Al que fuimos nosotros en concreto tenía más de 400 plazas.
Cogimos el metro para desplazarnos al centro de la urbe. Lo primero que nos llamo la atención fueron las pantallas que hay en los andenes para que nadie se caiga o se tire a las vias. Tienen unas puertas que solo se abren cuando el vagón esta parado en la estación. Es un buen método para evitar desgracias y que, creo, no sería muy costoso poner en todos los metros de las grandes ciudades, nos ahorraría muchos sustos.



El metro de Toulouse es un metro moderno y bastante funcional. Los trenes se desplazan sin maquinista y los túneles están iluminados, con lo cual es agradable el ir viendo el trayecto como si fueses en la cabina. Los billetes valían poco más de un euro.
Cogimos el metro en la estación cabecera de Borderooge, hasta la parada Jeanne d`Arc.
Cerca de esta se haya la basílica de St. Sernin, que fue nuestra primera vista en la ciudad de Toulouse. Tras ver la basílica nos adentramos en el casco urbano de la ciudad por la rue du Taur hasta llegar a la plaza del capitolio. En ella se encuentra el edificio que da nombre a la plaza, El Capitolio. Es un edificio sobrio que destaca por su color (ayudado por la incisión de los rayos del sol sobre sus ladrillos) rosa. Es por ello que a la ciudad de Toulouse se la conoce como la ciudad rosa.






El capitolio actualmente es la sede del ayuntamiento de la ciudad y del teatro nacional del capitolio. En la parte trasera del ayuntamiento se encuentra el Donjon du Capitole, en castellano la torre del homenaje. Esta es una torre construida en el siglo XVI, empleada antiguamente como torre de archivos, hoy en día es la sede de la oficina de turismo.
Saliendo de la plaza el capitolio comenzamos a pasear por diversas calles pasamos junto al convento de los jacobinos para acabar en la iglesia de nuestra Sra. De la dorada y parándonos un momento en un parque situado junto a esta en la orilla del río Garona. Desde este parque podíamos apreciar, en la otra orilla del río, la Dome de la Grave y el Pont Neuf. El pequeño parque parecía tener éxito ya que estaba muy bien preparado y había bastante gente.
Tras nuestro respiro junto al río me percaté de que tuve algún problema con la cámara de fotos y las instantáneas que había sacado en el capitolio se habían borrado de la memoria ante el asombro de mi acompañante y sus pocas ganas tuvimos que volver a la plaza el capitolio no era plan de volverme para casa sin unas fotos que me costaría cinco minutos sacar. Así que volvimos, sacamos de nuevo las fotos y continuamos con el planning que habíamos variado.

Esta vez pasamos por una calle comercial donde había muchas tiendas de ropa, joyas, perfumes, zapatos y ese tipo de locales. La calle era la rue d´Alsace y Lorraine. Al final de esta calle y haciendo esquina con la rue de Metz, se encuentra un museo al que por falta de tiempo no pudimos entrar aunque tenía buena pinta. Caminando por esta nueva calle si llega hasta la catedral de Saint Etienne a la cual si accedimos.
La entrada era gratis y cuando nosotros entramos había un coro de niños cantando. La catedral es pequeña pero bonita la vez. Su construcción duró cinco siglos y eso se nota nada más entrar. En la catedral destacan unas vidrieras que deja entrar la luz, un gran rosetón, alguna escultura interesante, y un órgano precioso colgado en una pared.


Se nos pasaba la tarde pero ya hemos cumplido con los principales objetivos que nos ofrecía la ciudad de Toulouse.

Junto a la catedral se encuentra un monumento a los caídos en la I guerra mundial defendiendo la patria francesa, es el llamado Monument aux Morts. En este punto comienza un paseo ajardinado hasta llegar a la Grand Rond, una glorieta rodeada de bancos, árboles, alguna escultura y una fuente central. Cruzamos la carretera por encima de los coches mediante una pasarela que unía la glorieta a un jardín. Caminamos desde aquí hasta cercano palacio justicia donde cogimos el metro para hacer nuestra última visita.

Bajamos en la estación de Compans Caffarelli, en una zona mucho más moderna de lo que habíamos visto hasta ahora. Aquí se encuentra el centro de congresos, palacio de deportes y un jardín japonés que era lo que nosotros nos interesaba. Junto a este jardín pasa el famosísimo Canal du Midi.

Tras dejar que se esfumasen los últimos minutos que disponíamos en la ciudad ideal como los rayos del sol caían en un bonito atardecer tomamos de nuevo el metro, tras hacer unas compras en el carrefour que allí había, para recoger nuestro coche y volver hacia nuestro hotel.


Ya en el hotel cenamos y pusimos al televisor para ver el festival de eurovisión en él representaba a España Daniel Diges con su " algo pequeñito". He de reconocer que durante la gala me quedé dormido y me desperté en un momento en el que me llevé un susto grandísimo. Justo cuando abrí los ojos volví a ver a Daniel y su algo pequeñito de nuevo la pantalla, y no es que yo sea un gran aficionado a eurovisión, pero la conclusión de que el único que repite actuación es el ganador ya llegó, lo cual me indujo a pensar que España había sido la ganadora aunque rápidamente reaccione y me di cuenta del por qué estaba de nuevo Daniel en el escenario. Con las mismas apague la tele y al día siguiente sabría que Alemania fue la vencedora.


SÁBADO. CARCASSONNE Y PAÍS CÁTARO.


El sábado era el día de Carcassonne y el país Cátaro. Madrugamos para desplazarnos y llegar pronto a Carcassonne de la cual nos separaba un viaje de una hora.









Llegamos a la ciudad fortificada a eso de las nueve de la mañana, teníamos por tanto unas cuatro horas para disfrutar de la bella ciudad medieval.
Tras entrar en el recinto amurallado nuestra primera visita fue al castillo, la cual no salió gratis por ser ciudadanos de la unión europea y menores de 26 años. El castillo y sus vistas la verdad es que merecen la pena.
Tras salir de la visita al castillo nos dedicamos a callejear, enseguida lo habíamos recorrido todo ya que se trata de un emplazamiento pequeño.

El otro gran atractivo de la ciudad fortificada es la basílica de Saint Nazaire. El acceso a ella es libre como en prácticamente todas las iglesias de Francia.
Al entrar nos encontramos con cuatro personas realizando cantos gregorianos que nos dejaron ensimismados.
Tras estas dos visitas y callejear por las calles de la ciudad cogimos de nuevo nuestro coche y tras pasar varios minutos atascados en la carretera nos pusimos de camino a una ruta de pequeños pueblos conocidos como el país de los Cátaros.

El primer pueblo al que llegamos fue Lagrasse, considerado como uno de los pueblos más bellos de Francia. Callejeamos entre sus casas de piedra admirando su belleza.
Continuamos nuestro camino con celeridad ya que no estábamos seguros de poder realizar nuestra ruta al completo.
El siguiente objetivo fue el pequeño pueblo de Villerouge – Termenes. En el visitamos su castillo, de lo cual más tarde nos arrepentimos por su alto precio y lo poco que nos ofreció. Se cuenta que aquí murió el último Cátaro, Guillaume Bélibaste, que fue quemado en la hoguera.

Tras el castillo salimos hacia nuestro siguiente punto Rennes Le Chateau pasando antes por el castillo de Arques.

Rennes Le Chateau se ha convertido en un lugar famoso sobretodo tras la publicación del best-seller " El código Da Vinci". Este es un lugar de leyendas y la verdad que le historia ayudar a ello. Dan a este lugar como el escondite del Santo grial, pues dice la leyenda que una de las personas que llegó hasta aquí era la mismísima a María magdalena la cual estaba embarazada de Jesús. Esta historia está relacionada con la del abad Sauniére (curiosamente el nombre del protagonista de la novela), párroco del pueblo. Dicen desde párroco que vivía la máxima austeridad con lo justo para poder comer día a día, de repente durante unas obras de restauración en la iglesia, dicen que halló algo, nadie sabe lo que es puesto que hizo salir a los obreros de la iglesia y solo el vio lo que allí se encontraba. Se especula con que lo que él párroco encontró fue el Santo grial, secreto que únicamente confesó a su sirvienta y que ambos se llevaron a la tumba. El caso es que tras encontrar lo que encontrase la forma de vida del abad cambió completamente, empezó a tener visitas importantes, se construyó un palacete y una torre que utilizaba como biblioteca (la torre Magdala) y comenzó a vivir de mejor manera. Más tarde le negaron seguir ofreciendo misa, a lo cual él no hizo caso y siguió oficiando desde su villa privada. Mas misterio se añade cuando nos cuentan que el cura que fue a dar la extremaunción al abad en su lecho de muerte se negó a hacerlo cuando éste le confesó el secreto. Sea como fuere, queramos o no la leyenda, este lugar bien merece una visita.

No podemos irnos del pueblo sin visitar el interior de la iglesia, que no nos detenga la inscripción en latín que se haya en la puerta y te dije literalmente " este lugar es terrible", ni el demonio que se encuentra junto a la puerta portando una pila.


Ya hemos visto los lugares que más nos interesaban pero aún nos quedaban dos lugares por visitar; el castillo de Puivert y la localidad de Mirepoix.
Cuando llegamos a la localidad de Mirepoix nos percatamos de que se encontraban en fiestas populares. Paseamos por sus calles admirando sus características construcciones ambientadas por la charanga de las bandas que celebraban la fiesta. La gente bailaba, cantaba, comía y bebía y nosotros sentíamos como fuera de lugar.

El día se acababa, la noche acechaba y nos quedaban aproximadamente 45 minutos para llegar a nuestro hotel de Toulouse. Cogimos el coche y ya casados pusimos fin a una maravillosa jornada en el país Cátaro.

Al día siguiente sólo nos quedaba carretera y más carretera hasta regresar a nuestra casa.

ALBUM DE FOTOS

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