jueves, 18 de noviembre de 2010

INTERRAIL 2010. 4ª parte. DESCUBRIENDO BERLÍN

DOMINGO 3 DE OCTUBRE UNAS HORAS DE CONTACTO.


El tren salió de la estación de Poznan a las 9:25 y en menos de 3 horas ya estábamos en la capital de Alemania. A las 12:15 llegamos.
Fuimos a nuestro hostel y en el camino pasamos junto al más amplio trozo de muro que queda en Berín, la East Side Gallery.
Nos íbamos a alojar en el Odyssee Hostel. Como hasta las 16:00 no podíamos entrar a la habitación dejamos las mochilas en la consigna del hostel y nos fuimos a comer.
Tras comer decidimos ir a dar una vuelta por el centro y volver al hotel a la noche. Cogimos el metro y nos bajamos en la parada Mohrenstrasse, cercana a la puerta de Brandemburgo. Cuando llegamos hasta el símbolo más conocido de Berlín nos llevamos una gran sorpresa. Ya en el camino vimos mucha gente, pero al ser domingo y la zona que era no nos llamo demasiado la atención. Al llegar a las cercanías de la puerta vimos una valla y un gran escenario bajo esta. Paseamos por los alrededores, fuimos hasta el Reichstag y nos metimos al Tiergaten, el inmenso parque. Estaba todo cubierto de escenarios de música y puestos de comida, bebida y artículos varios.

Mas tarde nos enteramos de que ese día era importantisimo en Alemania, era el 20 aniversario de la unificación de Berlín. Sin comerlo ni beberlo íbamos a formar parte de la conmemoración de uno de los momentos más importantes de la historia del siglo XX.
Paseamos un rato por los alrededores mimetizandonos con la gente y el evento. Estábamos disfrutando de una tarde preciosa, soleada y con unos 20 grados.
Tras el paseo por Tiergaten nos salimos del recinto festivo y de camino a la Potsdamer Platz nos detuvimos en el Holocaust-Denkmal: Monumento en memoria de los judios asesinados por los nazis de Peter Einsenmann. No había mucha gente así que pudimos “disfrutar” del lugar con el recogimiento que se merece y pudiendo pensar y reflexionar sobre el porque de su existencia. Al día siguiente volveríamos.
Llegamos a la Potsdamer Platz, el centro financiero de la ciudad. Los edificios que más destacan son el Sony center y la sede de la DB, la compañía ferroviaria de Alemania. Esta plaza es completamente nueva ya que se destruyó durante la II Guerra Mundial, anteriormente allá por la decada de los años 20 era, posiblemente, la plaza más activa y con más vida de Europa.
Tras dar una vuelta por la plaza y acabar con dolor de cuello por mirar hacía arriba a los altos edificios nos fuimos retirando. El día caía ya y pasamos junto al Bundesrat, cerca de la plaza y tomamos el metro para volver al hostel.

LUNES 4 DE OCTUBRE. BERLÍN DE LLENO.

Nos levantamos pronto y al retirar las cortinas de la habitación se nos puso una sonrisa de oreja a oreja, teníamos ya un precioso día.
Tras desayunar en el hostel nos preparamos para un intenso día en el que trataríamos de ver gran parte de Berlín.

Como no podía ser de otra forma decidimos comenzar nuestra visita, de nuevo, en la Puerta de Brandenburgo. Los operarios municipales ya habían comenzado a retirar la vallas y los escenarios de la fiesta del día anterior, deberíamos volver más tarde para conseguir las mejores fotos de la zona ya sin instrumentos que las afeasen.
En la estación de metro junto a la puerta hay una serie de fotos del lugar que muestra muy bien su historia y el paso de los años y los acontecimientos.
La Puerta de Brandenburgo se encuentra en la Pariser Platz rodeada de bellos edificios pero que no le restan protagonismo. Algunos de esos edificios pertenecen a las embajadas francesa y estadounidense y la sede del DZ Bank en cuyo tejado el arquitecto Frank O. Gehry colocó una preciosa cola de ballena. En su afán de dejar su sello Gehry coloco esa “marca” ahí debido a que todos los arquitectos de los edificios de la plaza fueron advertidos de que ninguno de sus edificios podría restarle protagonismo a la Puerta.
También se encuentra aquí el famoso Hotel Adlon. En el pernoctan los presidentes de otros paises cuando visitan Alemania, las estrellas de cine y música y gente con mucho mucho dinero. La suite cuesta unos 12.500 euros la noche. Probablemente este hotel sea conocido por el publico de a pie por ser el lugar donde Michael Jackson asomo a su hijo por la ventana.
Aquí oímos que en esos días la canciller Angela Merkel había realizado el ultimo pago del Tratado de Versalles, algo que para muchos parecía olvidado pero que el pueblo alemán continuaba pagando religiosamente. Es curioso como en el 2010 aún se paga algo que viene de la I Guerra Mundial. Una deuda que por otra parte ha marcado muy intensamente la historia del siglo XX; no debemos obviar que esa fue una de las excusas que empleo Adolf Hitler para alzarse con el poder.

Volvimos a pasar de nuevo por el monumento a los judíos. Este lugar a generado mucha polémica. El primer problema es su ubicación; son 19.000 metros cuadrados en pleno centro de Berlín que el ayuntamiento cedió para esta empresa. Hay quien hubiese preferido dedicarlo a otros usos.
El segundo punto de su polémica es su nombre. En realidad es algo así como “Monumento en memoria de los judíos asesinados en Europa por los nazis”. Esta claro que los judíos fueron quienes más alto precio pagaron por el nazismo, pero no los únicos y personas de esos otros sectores que sufrieron las consecuencias del régimen (gitanos, comunistas, presos políticos, inválidos, etc) mostraron su disconformidad.
Otro punto de polémica es su forma, no entendible para muchos. Se trata de bloques de hormigón de distintas alturas y grosores, ninguno es igual a otro. En este lugar no hay placas, no hay nombres y no es un sitio para dejar flores.
No es por darnolas de importantes, listos o de otras cosa pero la verdad es que nosotros comprendimos desde un principio lo que el autor quiso mostrar. Este es un sitio para pensar, para reflexionar sobre lo que es capaz el ser humano. Aquí hay que estar solo y caminar, adentrarse en el lugar entre los bloques de hormigón y dejarse llevar. Con los caminos el autor quiere hacernos sentir la incertidumbre del sufrimiento de los judíos, al ir caminando no sabes si estas solo, si de los diferentes caminos aparecerá alguien o si seras capaz de llegar al final sin sobresaltos. Algo que también nos muestra el autor es la esperanza de aquella gente, desde cualquier lugar del monumento se puede ver la salida.
Aquí es frecuente ver gente irrespetuosa, sobre todo adolescentes y turistas que gritan y se suben en los bloques a pesar de estar totalmente prohibido, no obstante ya se han contabilizado dos muertos por caídas desde los bloques.
Continuamos camino y nos topamos (a propósito) con el lugar donde se encuentra el bunker donde Hitler se suicido al verse sin escapatoria. Hoy esta sellado y no se puede visitar, su estado debe de ser bastante precario. Tan solo un panel explicativo nos muestra el lugar. Lo único que vemos aquí es un parking, nada que nos haga sospechar lo que hay bajo tierra excepto el mencionado panel.

Nuestra siguiente parada sería en el único edificio construido en época nazi que aún queda en pie. En aquella época se trataba del misterio del aire, lo que le salvo la “vida” debido a que los aliados esperaban encontrar información sobre la poderosa y moderna aviación alemana. Evidentemente los nazis se encargaron de destruir todo resquicio de la existencia de dicha flota. Hoy es un edificio “odiado” por los alemanes ya que alberga la hacienda del país.
En la parte trasera de este edificio esta el lugar donde se encontraba el cuartel general de la Gestapo y las SS. tras la guerra fueron destruidos y hoy hay una exposición permanente que trata el tema; Topographie des Terrors. La dejamos para la tarde y continuamos nuestra ruta para llegar hasta el Checkpoint Charlie antes de comer.
El Checkpoint Charlie era un punto fronterizo entre el Berlín occidental y el oriental, estaba vigilado por los estadounidenses y era el tercer punto, su nombre se debe al alfabeto de la OTAN (Alfa, Bravo, Charlie....). Era el único paso para los extranjeros.
A era buena hora para comer y lo hicimos en un local de comida rápida que había en la zona por pocos euros. Perdimos el mínimo tiempo posible para poder continuar con nuestra ruta y ver todo lo que queríamos antes de que comenzase a caer el sol.
Tomamos pues dirección de nuevo hacia la Unter den Linden (Avenida de los Tilos), la calle principal del centro de Berlín. Antes de volver a esa calle pararíamos para ver dos plaza que se encuentran en el camino, la Gendarmenmarkt y la Bebelplatz.
Estábamos ahora en lugares con mucha antigüedad y que nos hacían olvidarnos por un momento del nazismo y de la guerra mundial.
En la Gendarmenmarkt se encuentran las llamadas catedrales gemelas (Französischer Dom y Deutser Dom) y la sede de la orquesta filarmónica de Berlín, la Konzerthaus.
La plaza data del siglo XVII y fue creada como mercado para una zona en la que habitaban muchas personas venidas de la vecina Francia.
Los franceses que allí vivían solicitaron al emperador Federico I la creación de un templo para poder realizar sus obligaciones religiosas, este les permitió construir en el lugar su iglesia. Los franceses comenzaron a construir la Französischer Dom en 1701, tardando 4 años en finalizar el modesto templo.
Los germanos del lugar recelosos de sus vecinos también pidieron su iglesia para acudir a su propio templo, el emperador accedió y les permitió construirlo pero debía de ser igual que su vecina y frente a ella. Las torres y las cúpulas de ambas fueron añadidas en 1785.
Culminando esta bellísima plaza se encuentra la Konzerthaus, construida entre 1812 y 1821. Es la sede de la archiconocida orquesta filamónica de Berlín.


Vista esta nos fuimos a ver la otra plaza, la Bebelplatz. En esta ultima hay dos edificios destacados. Uno es la catedral catolica, de curiosa estampa y coronada por una gran cúpula verde, fue construida entre 1747 y 1778. dicen que se tardo tanto y tiene ese aspecto por el poco aprecio que el emperador Federico II el Grande profesaba a los católicos.

El otro edificio destacado es la Alte Bibliothek, antigua biblioteca. Este edificio y esta plaza nos vuelven a llevar a la época nazi porque aquí ocurrió uno de los acontecimientos más reveladores de lo que son las dictaduras. En este lugar se hizo publica una lista con los libros que quedaban prohibidos por el régimen y en ese mismo momento un oficial de las SS entregó la lista a varios estudiantes que allí se encontraban para que buscases dichos libros y los fuesen tirando por las ventanas. Según tenían los libros los iban quemando. Curiosamente en un libro de los que allí se quemaron (de un autor alemán que no recuerdo) había una especie de profecía, escrita tiempo antes, que decía que “Allí donde se queman libros más tarde arderán personas”; y ya sabemos todos lo que sucedió después.
Para recuerdo de ese terrible acontecimiento se encuentra en el centro de la plaza un monumento, para mi gusto muy acertado. Hay un panel transparente en el suelo (mucha gente pasa sin darse cuenta) a través del cual se puede ver una especie de sótano en el que hay estanterías vaciás haciendo ver el hueco que dejaron esos libros quemados.
Habíamos llegado de nuevo a la Unter den Linden, a su lado más oriental. Justo en este punto, frente a la Bebelplatz, esta la universidad, Humboldt-Universität. Delante de la universidad una gran estatua ecuestre de Federico II.
Continuamos hacia el oriente nuestro camino con la mirada puesta en la isla de los museos ya cercana pero debiamos quedarnos un instante en la Unter den Linden para ver un lugar que a muchos no llama la atención y que muchos más, berlineses incluidos, ni siquiera conocen su existencia. Se trata del Neue Wache. Se trata de un monumento en honor a las victimas del fascismo y del militarismo. En su interior “tan solo” hay una piedad, representación de las muchísimas madres que han perdido a sus hijos por estas causas.
De camino a la isla pasamos junto al Zeughaus que hoy alberga el Museo de Historia Alemana.
Cruzamos el Schlossbrücke, uno de los puentes más bonitos de la ciudad sino el que más, y llegamos a la isla de los museos. Este lugar es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a la concentración de museos que en ella se encuentran. Además de los museos que le dan nombre, en la isla se encuentra la impresionante Berliner Dom, la Catedral de Berlín. Se encontraba en ella también el antiguo Palacio Imperial que se demolió en 1950; según nos comentaron ahora mismo hay una polémica sobre si lo vuelen a reconstruir o no. Por lo que vimos la zona donde se hallaba esta limpia.
Entre los museos más destacables estan el Altes Museum, con antiguedades griegas y romanas, el Neues museum donde esta el busto de Nefretiti y el Pergamonmuseum donde destaca el Altar de Pérgamo, que además le da nombre.
Descansamos un momento en esta bella zona y tomamos fuerzas para continuar viendo la ciudad.
Nos acercaríamos ahora a la cercana Alexanderplatz, donde destaca la torre de televisión de 368 metros de altura. La torre fue construida por la ya extinta RDA (República Democrática Alemana) en 1969 para mostrar que ellos también podían hacer grandes obras. En sus alturas hay un mirador y un restaurante. El mirador hoy gira a 360º pero en época comunista, que también giraba, solo lo hacia a180º pudiendo así solo ser vista la parte del Berlín oriental y no el occidental.
Cerca de la plaza se encuentra el Ayuntamiento rojo de Berlín, llamado así únicamente por el color de sus ladrillos y no por ningún tinte político ni nada por el estilo. Es sede del ayuntamiento unificado desde 1991.
Entre estos dos edificios hay un pequeño parque donde se encuentra la fuente de Neptuno, la cual perteneció al Palacio Real de Berlín. Durante la Batalla de Berlín sufrió graves daños y tras la demolición del palacio fue retirada, restaurada y posteriormente colocada en este lugar en el que esta hoy.
Ya habíamos visto todo lo planeado y algo más. Era ya el momento de regresar para ver detenidamente y sin ninguna prisa la exposición “Topographie des Terrors”. Lugar que recomiendo a todo el mundo ya que es muy interesante dedicarle tiempo.
Tras ver la exposición nos fuimos a hacer unas compras para la cena y nos retiramos al hostel verdaderamente cansados.


MARTES 5 DE OCTUBRE. MÁS BERLÍN.

Teníamos todo el día para estar en Berlín y el día anterior ya habíamos visto mucho del centro por lo que decidimos visitar algún lugar más lejano. Nos pusimos a ello y nos fuimos hasta el Estadio Olímpico, concebido para los juegos olímpicos de 1936. Por desgracia el Hertha (equipo de fútbol de Berlín) había jugado el día anterior (lunes) y el estadio había retrasado el horario de apertura, lo cual nos impedía ver su interior porque perderíamos mucho tiempo, así que dimos una vuelta por los alrededores y nos volvimos hacia el centro.

Cogimos el S-Bhan para bajarnos en la Breitscheidplatz donde se encuentra otro de los edificios llamativos de la capital alemana; la Kaiser-wilhelm-Gedächtniskirche. Se trata de un templo religioso que sufrió graves daños durante los bombardeos de 1943 y se decidió conservar su torre semidestruida a modo de lugar conmemorativo. Se constituyó una moderna a su lado en los años 60.
Era la hora de comer.
Tras comer nos fuimos a hacer cola para ascender a la cúpula del Reichtag. Una hora de cola más o menos y aproximadamente otra hora en el interior del parlamento alemán.
La entrada a la cúpula es gratuita y merece la pena si se dispone de tiempo porque las vistas de la ciudad son muy bonitas, además es muy curioso mirar hacia abajo y ver la cámara del congreso.


MIERCOLES 6 DE OCTUBRE. CAMPO DE CONCENTRACIÓN SACHSENHAUSEN

Era nuestro ultimo día en Berlín y nos fuimos a visitar un campo de concentración en una localidad cercana a la capital; Sachsenhausen. Por la noche tomariamos un tren a Amsterdam.
Nos levantamos pronto, pues entre el metro, el tren y la caminata tardariamos más de una hora en llegar. Desayunamos y dejamos las mochilas en la consigna del hostel.

Para llegar al lugar hay que coger la linea S1 del S-Bhan hasta su ultima parada, Oranienburg. Nosotros la tomamos en Friedrichstrasse, aunque también para en Brandenburger Tor o Postdamer Platz. Una vez en la estación de Oranienburg tan solo hay que seguir las señales hasta el campo. Hay una buena caminata, unos 30 minutos.
La entrada es gratuita y venden unos folletos por 50 céntimos que es ideal comprarlo para moverse por el campo y entender lo que vamos viendo.
Era el segundo campo de concentración que visitaríamos en este viaje y la verdad que fue una buena idea visitarlo. Nos dijeron en Berlín que los alemanes traen aquí a sus hijos pequeños para que vean lo que pasó, de lo que es capaz el ser humano y que no puede volver a suceder. El pueblo alemán actual esta muy arrepentido de lo ocurrido y se siente avergonzado de la imagen dada, lo cual no deja de ser curioso porque los/as alemanes/as de hoy en día nada tienen que ver con aquello y ninguna culpa a de recaer sobre ellos.
Este campo es más pequeño que Auschwitz pero impresiona igual. Vimos cosas que ya habíamos visto en el campo polaco pero, al no ser tan conocido o tan famoso como el, lo vimos de otra manera. Había menos gente, menos ruido y estuvimos más tranquilos.

Os cuento un poco de la historia y del contenido del campo y luego os dejo unos enlaces.

En 1933 se creó una especie de campo de concentración en una fabrica abandonada de la localidad de Orainienburg. Fue duramente criticada por el mundo exterior, ya que la fabrica estaba en el centro del pueblo y todo el mundo veía lo que allí pasaba. En 1934 se cerró.
En verano de 1936 fue construido el campo de Sachsenhausen a las afueras y fuertemente vigilado para darle mayor “intimidad”.
Entre 1936 y 1945 hubo aquí más de 200.000 presos entre presos políticos y miembros de los colectivos que los nazis consideraban inferiores. Muchos murieron por enfermedades, trabajos forzados, malos tratos o acciones de exterminio.
En abril de 1945 los presos fueron liberados por el ejercito soviético.
En agosto de 1945, meses después de acabar la guerra, el servicio secreto soviético trasladó aquí el campo especial número 7.
El campo de concentración siguió utilizándose como tal pero con distintas tornas; ahora lo dirigían los soviéticos y los alemanes eran los presos. Nazis, perseguidos políticos y, por desgracia, gente elegida arbitrariamente (jóvenes que eran niños durante la guerra estuvieron presos aquí).
Fue desmantelado en 1950, para cuando ya pasaron unos 60.000 prisioneros de los que se calculan 12.000 muertos.

Entre los edificios o lugares más destacados quedan varios barracones, hay piedras grandes numeradas allí donde se encontraban todos los barracones. Los campos de recuento, las cocinas, la enfermería (en la que nos solo entraban enfermos), fosas de fusilamiento, los cimientos del edificio de exterminio y crematorio y fosas comunes....
En una de las esquinas del campo se encuentra el Monumento en Memoria de las Victimas del campo de concentración erigido en 1961.

Estuvimos en el campo unas tres horas hasta que salimos para volver a Berlín. Comimos algo que compramos en un supermercado de Oranienburg y tomamos el S-Bahn de vuelta.
Llegamos a Berlín a eso de las 17 horas y habíamos cumplido todos los objetivos. Dedicamos el resto de la tarde a disfrutar tranquilamente de los lugares con más vida de la capital hasta regresar al hostel a recoger nuestro equipaje e irnos a la estación para esperar el tren nocturno que nos llevaría a Amsterdam.
De estos días en Berlín sacamos muchas conclusiones y rompimos, in situ, muchos topicos, por ejemplo que los alemanes no hablan tan alto ni tan fuerte, es más, gritan mucho más los españoles y se les oye más que a los alemanes.
Una de las cosas que nos ha llamado la atención es que muchos van por la calle bebiendo botellas de cerveza, llama la atención el echo de que sea botellas de cristal y no latas lo que llevan por la calle.
En el aspecto económico nos llevamos una sorpresa, pues esperábamos una ciudad cara y encontramos una muy barata en términos generales.
Para acabar he de recordar que Berlín es una ciudad que se esta construyendo, es una ciudad nueva y cada poco tiempo cambia y se regenera.

3 comentarios:

Babyboom dijo...

Me ha encantado tu entrada, hace muchísimo tiempo que tengo unas ganas enormes de ir a Berlín pero el precio de los vuelos es desorbitado así que a ver si algún día me puedo acercar. Por supuesto que no me alojaré en el hotel megacaro, jejejeje.
Geniales todos las explicaciones que das. Un saludo. ;-)

Victor dijo...

Clavado a nuestro viaje! Parece que era yo el que iba contando la historia jejeje... A mi encantó la ciudad y no descarto volver a visitarla. Es una de esas ciudades en las que no te aburres nunca. Por cierto... el recorrido que hicisteis por Berlín es clavado al recorrido que dan gratuitamente una agencia de tours que nosotros hicimos.

Saludos!

Mikel Goiko dijo...

La verdad es que no esperábamos tanto de Berlín como lo que nos ofreció. Estoy seguro de que volveremos alguna vez más.