viernes, 11 de enero de 2013

De pueblo en pueblo. Enkarterri. Cápitulo 12




La comarca de las encartaciones (Enkarterri en Euskera) se encuentra en la zona más occidental de Bizkaia. La podemos dividir en dos; la parte septentrional (Karrantza, Lanestosa, Trucios, Sopuerta y Galdames) y la parte meridional (Balmaseda, Zalla, Güeñes, Arcentales y Gordexola).

La zona es rica en patrimonio cultural y natural, así como poseedora de una variada gastronomía. En sus municipios podemos encontrar lugares de interés variado; edificios religiosos, civiles, cuevas prehistóricas, museos, parques naturales o un centro educativo y de recuperación de especies.

UN POCO DE HISTORIA

Cuenta con un rico pasado histórico, pero no se sabe a ciencia cierta cuando comenzaron a caminar juntos estos municipios. Su antigua Casa de Juntas de Abelleneda nos da una pequeña pista y nos acerca en el tiempo. Es una construcción de finales del XIV, lo que nos hace pensar que fue en el XV o XVI cuando los concejos se unieron.

Los representantes de los municipios se reunían en la Casa de Juntas de Abellaneda (cuya ubicación no es casual, sino que responde a una situación de fácil acceso para los vecinos de toda la comarca) para tratar temas que atañían a Las Encartaciones y solo acudían a Juntas Generales en Gernika cuando se debía tratar asuntos que concernían al Señorío de Bizkaia.


Inicialmente, además de los municipios citados anteriormente, también estaban integrados en Las Encartaciones otros concejos: Somorrostro, Abanto y Cierbana, Santurce, Sestao, San Salvador del Valle y Portugalete, siendo, junto con esta ultima de Portugalete, tres las villas adscritas a la comarca (Balmaseda y Lanestosa).

Enkarterri, debido a su ubicación (junto a los limites con Castilla y Cantabria) y su vaivenes territoriales ( no estuvo totalmente integrada en el Señorío de Bizkaia hasta 1804) goza de un crisol de influencias que se perciben todavía hoy en sus calles y algunas de sus tradiciones culturales.

VISITA A LAS ENCARTACIONES

Comenzamos nuestra visita por la zona más accesible, la zona meridional. A ella llegamos desde Bilbao por el Corredor del Cadagua, una autovía que sigue el curso del río Cadagua.
Siguiendo la carretera el primer municipio al que llegamos el Güeñes.

Desde la misma carretera veremos la Torre de La Quadra,del siglo XV y perteneciente a la familia La Quadra Salcedo. Esta familia tuvo parte activa en las Guerras banderizas que asolaron el Señorío durante la Edad Media, estando siempre del lado de los Oñacinos.
Se trata de una torre mas recia de lo habitual. Con veinte metros de altura, contaba con tres plantas; La baja empleada como cuadra y si era necesario como cárcel, la primera era la vivienda y la segunda parece ser que era un simple trastero poco iluminado y en ocasiones lugar de defensa de la torre.
Contaba con una muralla exterior de más de cuatro metros de altura y con dos arcos de entrada, hoy solo quedan unas pocas piedras de las murallas en píe.

En 1981 la torre fue arrasada por un incendio lo que provocó su abandono y ello acrecentó su estado ruinoso.

Cerca de aquí se encuentra el barrio de Sodupe, desde el cual podemos tomar dos caminos. El que sigue hasta el centro de Güeñes o el que nos lleva a Gordexola (también podemos ir a Gordexola y volviendo a Sodupe continuar por Güeñes, son escasos diez minutos).

Gordexola es un extenso pueblo que tiene desparramados por sus limites varios puntos de interés. Destacan las Casas Torre (Zubiete, Oxirando, Ibargüen), las casas de Indianos, los palacios barrocos y el Convento de Santa Isabel de Sandamendi, del siglo XVIII.
En la plaza Molinar, centro del municipio, se encuentran el Ayuntamiento, el kiosko de música y la Iglesia San Juan de Molinar.

Ponemos rumbo a Güeñes, continuamos desde Sodupe por la carretera BI 3651 hasta adentrarnos en el centro de la localidad. Llegamos hasta su actual ayuntamiento. La Villa Urrutia es una bella vivienda sufragada con fondos del indiano Leandro Urrutia, quien la construyó a principios del XX como residencia de verano para su familia.
Rodeando la vivienda, su jardín se ha reconvertido en el Parque Arenatzarte. Un jardín botánico, con estanque y pérgola que acoge exposiciones artísticas.

 

Siguiendo el curso que nos marca la vieja carretera, llegamos a la Iglesia de Santa María, del siglo XVI. Es de estilo gótico, pero se entremezcla con elementos renacentistas. En su interior tres naves de igual altura guardan varios retablos de gran interés. En la primera imagen que nos ofrece destaca su fachada principal y el pórtico situado a su lado.

 

Retomamos el camino por la carretera Bi 3631 y en pocos metros veremos a la derecha el Palacio de la Quadra Salcedo; una de las varias casas solariegas que nos encontraremos a lo largo de Las Encartaciones.

La carretera nos lleva al barrio de Aranguren, ya en termino de Zalla. Pasamos junto a las instalaciones industriales de la papelera y otras fabricas que poco a poco van abandonando estos parajes.
Justo antes de entrar en Aranguren, (antes de sobrepasar una casa marrón) un camino parte a nuestra derecha y, si no tenemos miedo a las historias de brujas y fantasmas, nos podemos acercar hasta el Palacio de los Hurtado de Amézaga.

Un Palacio que nunca se terminó. El Marques de Riscal, Baltasar Hurtado de Amézaga, fue un notable personaje de la España de finales del XVII y principios del XVIII. En agradecimiento al monarca Felipe V, quien le otorgó el titulo de Marques, decidió invitarle a conocer su lugar de origen, pero se dio cuenta (ayudado por otras personas que le abrieron los ojos) de que no había en toda la región un Palacio digno de un monarca. Por ello, no dudo y mandó construir este lugar, sin embargo la muerte le sobrevino antes de la finalización de los trabajos y con ella la paralización inmediata de las obras. Dice la leyenda que varias personas trataron de reanudar la construcción del palacio y que todas ellas murieron en extrañas circunstancias en su empeño. Sus almas hoy en día vagan entre los muros del conocido como “Palacio de la Brujas”.

Después de este impas para lo sobrenatural, seguimos nuestro camino, llegando hasta el centro de Zalla, donde podremos observar su Casa Consistorial, construida en el siglo XVII.

La carretera sigue siendo nuestra guía, ya tomando dirección a Balmaseda. Nos lleva junto a la Iglesia de San Pedro Zariquete, un lugar muy frecuentado en la Edad Media, ya que se creía que cruzar la ermita protegía contra el mal de ojo.

Antes de llegar a Balmaseda podemos desviarnos hasta el área recreativa de Bolunburu. Aquí, ademas de espacio para el descanso, bancos y barbacoas junto al río, encontramos la Torre de Bolunburu, la Ermita de Santa Ana y los restos de unas antiguas ferrerías.

 
Retomando la carretera llegaremos al barrio de la Herrera. Donde tras dejar a la izquierda las antiguas escuelas, un camino sale a la derecha y nos lleva a La Mella, un punto donde encontramos la Torre de Terreros, el Palacio Urrutia y la Ermita de San Antonio de la Mella, junto a la cual parte una nueva vía verde que, siguiendo el trazado del antiguo Camino Real. Nos lleva a Balmaseda.

 

Bien por carretera, o bien por la Vía Verde (llamadas bidegorri en Euskadi), llegamos a la primera Villa de Bizkaia; Balmaseda. Os dejo el link del post dedicado en exclusiva a Balmaseda.

Abordamos desde aquí la zona norte de Enkarterri. Nos desplazamos hasta su punto más lejano, la Villa de Lanestosa.

Lanestosa es el enclave más occidental de Enkarterri y también de Bizkaia. Aunque no perteneció legalmente a esta provincia hasta 1804, el Señor de Bizkaia, Don Lope Diaz III de Haro le concedió el titulo de Villa en 1287, pues quería controlar el camino que unía castilla y el mar mediante el puerto de Los Tornos. Ello le dota de mayor importancia y se crea una solida comunidad en la población.

Se encuentra en la llamada “Ruta de Carlos V”; camino que el monarca siguió en su retiro hacía el monasterio de Yuste.

Debido a su historia, más ligada a Cantabria que a Euskadi, sus calles y casas cuentan con grandes influencias arquitectónicas y culturales de la comunidad vecina. Prueba de ello son las casas con balcones corridos y repletos de flores o la Danza de Varas.

Dejamos el vehículo en el aparcamiento habilitado a tal efecto junto al ayuntamiento y comenzamos la visita a pie.

Tras pasar junto a la casa consistorial y las antiguas escuelas, nos adentramos en su singular casco urbano cruzando el puente viejo, del siglo XVIII. Ya tendremos nuestros pies sobre el empedrado que nos devuelve a épocas lejanas y nos ayuda a disfrutar más aún si cabe de esta embriagadora villa.
Cruzamos la carretera que une Burgos y Santander ( ya nada transitada debido a la existencia de autovías para unir ambas ciudades), y junto a la iglesia de San pedro, se encuentra la Plaza Nueva. Esta plaza fue construida para albergar los eventos que la plaza vieja ya no podía cubrir, pues fue cortada de para en par por la carretera. La Nueva es una plaza mu llamativa, pues no es el típico espacio abierto sin más, sino que cuenta con tres espacios cubiertos en otros tantos de sus vértices, con estructuras de madera de roble, tejado y alumbrado publico realizado en forja.

 

La iglesia de San Pedro hace que desviemos la vista de plaza. Es una construcción recia del siglo XVI, que guarda entre sus muros un bello retablo.


Abandonamos el centro neurálgico, tomando la calle Real, que pasando junto a interesantes casonas de estilo montañes, desemboca en el Palacio Colina. Fue construido en el siglo XVIII y toma gran importancia entre los nestosanos, que se reunían en su curioso zaguán de entrada con dos arcos, para tratar diversos asuntos, y entre las gentes de paso, pues fue punto de aprovisionamiento de las caballerizas en su camino del mar a la meseta.
La calle Real finaliza en la plaza Mirabueno, donde volvemos a toparnos con la carretera nacional. No nos queda más remedio que cruzarla, pues debemos continuar por la calle Mirabueno, que entre casas y fincas nos lleva hasta la casa de Labranza.
Esta casa es posiblemente el elemento patrimonial de la villa si buscamos referencias a la arquitectura domestica. Por desgracia se encuentra abandonada y corre riesgo de ruina, pero aún nos muestra su estructura de dos plantas; la baja para cuadra y aperos, y la primera para vivienda. Llama la atención su balconada de madera dividida que hoy desafía las leyes de la gravedad.

Hemos llegado a la Plaza de Julian Presa y, aunque esta no nos ofrece gran cosa, es la antesala de la Plaza Vieja, que ha cambiado en varias ocasiones de nombre hasta llegar al actual de “Plaza balcón de Bizkaia”.
Ya hemos comentado que la plaza fue sesgada por la carretera nacional y sustituida en sus funciones por la Nueva, pero aún cuenta con elementos de interés. Sus casas, con elegantes balconadas a un lado, en el cual el sol llega con toda su fuerza, y más sobrias al otro, donde el astro rey no consigue penetrar.

Desde este punto, en lugar de regresar a nuestro punto de partida, nos introducimos en la calle correo, donde seguiremos disfrutando de las viviendas nestosanas y nos encontraremos un callejón que cuenta con el empedrado más antiguo que se conserva en la villa. Tras atravesar el callejón y por la calle Lehendakari Agirre regresaremos al Puente Viejo que nos dio la bienvenida al municipio más pequeño de Bizkaia, pero uno de los grandes en lo que a encanto se refiere.

Si Lanestosa es el municipio más pequeño de Bizkaia, junto a él esta Karrantza, el más extenso de la provincia.
Curiosidades aparte, conozcamos las bondades del Valle de Karrantza.


Karrantza es un valle con diferentes aldeas dispersas por toda su geografía, cada una con su peculiaridad, pero si algo destaca en Karrantza, son las Cuevas de Pozalagua y el Parque “Karpin Abentura”, dedicado a la recuperación de fauna silvestre y con áreas temáticas dedicadas a la evolución de las especies.

Las Cuevas de Pozalagua son especiales, cuentan con la mayor concentración del mundo de estalactitas excéntricas, confiriéndole una imagen espectacular.

Se encuentra dentro del Parque Natural de Armañon, en el que su mayor característica es un grupo de cavidades subterráneas y modelado cárstico de gran importancia.
 

Ponemos rumbo al centro neurálgico de Enkarterri, el barrio soportano de Abellaneda, donde antaño se situaba la Casa de Juntas y hoy un museo gratuito nos ayuda a entender la historia, la arquitectura o la cultura de la comarca.

En nuestro camino pasaremos cerca del Valle de Villaverde (perteneciente a Cantabria pero muy ligado a las Encartaciones por su ubicación), donde un Centro Etnográfico nos da la oportunidad de conocer la forma de vida de sus habitantes en tiempos no tan lejanos.
También pasaremos por Trutzioz, un pequeño pueblo de apenas 500 habitantes, pero que cuenta con algunos palacetes, ermitas y una plaza de toros a los pies de la iglesia de San Pedro de Romaña.
La carretera nos hará pasar por Arcentales, un pequeño municipio con casas tradicionales, una iglesia y un ermita con un coso taurino añadido. El barrio de Traslaviña es punto de inicio de la Vía Verde que, pasando por Sopuerta, enlaza con la ruta minera de Galdames.

 

Tras la visita al Museo de las Encartaciones nos dirigimos al centro de Sopuerta, para desviarnos hacia Galdames.

 

El centro de la localidad no cuenta con gran interés, pero si sus alrededores. Diversos yacimientos mineros o la Vía Verde que une este con los municipios de Muskiz, Abanto – Zierbena y Ortuella, son atractivos que debemos tener en cuenta, pero lo que realmente sitúa a Galdames en el mapa es la Torre Loizaga; Museo de coches antiguos y clásicos.
La fortaleza del siglo XIII hoy no da cobijo a nobles, vasallos y súbditos. En sus caballerizas nos descansan equinos, sino animales de cuatro ruedas. Una magnifica colección de vehículos antiguos, sobre Roll Royce; la única colección del mundo que cuenta con todos los modelos de esta marca.
Un ejemplo de la importancia de esta colección es que el vehículo que transportó a la Infanta Cristina y Iñaki Urdangarin el día de su boda fue alquilado al dueño del museo.

 

Podemos decir que hemos visto la mayoría de atractivos de la comarca, pero no podemos perder la oportunidad de hacer una vista más. Aunque realmente no se encuentra dentro de las Encartaciones, muy cerca de Galdames, en la carretera que une Sopuerta con Muskiz, se encuentra la Ferrería del Pobal. Un vestigio histórico que merece la pena visitar.
Es un lugar en el que nos mostraran la forma de trabajar de la época y los materiales y herramientas empleados a tal efecto. Además podremos disfrutar de sus alrededores en un espacio ajardinado junto a las aguas del río Barbadún.

 

Las Encartaciones son es sí mismas un espacio de gran y variado interés, ademas, debido a su especial emplazamiento, cuenta en sus cercanías con un elenco de enclaves que gozan de riqueza, artística, natural, histórica, gastronómica y cultural.

Cercano a Balmaseda se encuentra el Valle de Mena, en la provincia castellana de Burgos y la villa alavesa de Artziniega. Esta ultima también es cercana a Gordexola, aunque por distintas carreteras.

En las inmediaciones de Lanestosa y Karrantza el Valle de Soba, o los municipios de Laredo y Santoña, cántabros todos ellos.

Desde la ferrería del Pobal, podemos llegar enseguida al centro de Muskiz, con su castillo de Muñatones, la playa de La Arena o el Paseo de Itxas Lur, incluso a la localidad cántabra de Castro Urdiales, la primera villa de la costa cantábrica.

Y por supuesto, a escasos quince minutos del barrio de Sodupe, esta Bilbao, lugar de llegada y partida de muchos de los viajeros que vienen a conocer Euskadi y sus alrededores.



las fotos de Karrantza, Arcentales y Truzioz pertenecen a Enkartur.net

2 comentarios:

Babyboom dijo...

Bonita ruta y bonitos pueblos, está claro que tengo que ir más por esa zona porque a mí todos estos lugares me encantan. Un abrazo!!! ;-)

Mikel Goiko dijo...

Es una zona muy bonita y de las menos conocidas de todo Euskadi; quizá porque estaba un poco a desmano, pero ahora las conexiones con Bilbao son perfectas y esta mejor conectada incluso que otras comarcas.

Son lugares que dan para mucho, aunque yo tal vez no sea muy objetivo por aquello de que es la tierra que me vio crecer.

Un abrazo.